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miércoles, 30 de diciembre de 2009

Despidiendo el 2009

Volviendo sobre el tema de la importancia del tiempo y de volar, aprovecho para despedir el año 2009 con un poema muy breve que trata este tema de una manera implícita, siempre en conexión con el paso rápido del tiempo en momentos en que nos encontramos a gusto junto a otra persona. Este poema lo escribí hace algunos años, pero hoy me he atrevido a rescatarlo. Deseo que os guste.

Hora líquidas
como segundos etéreos,
detenidos por dos cuerpos
al borde de la imprudencia más sana,
delatada en mis sueños...
¡En la distancia
sonreiré a la Luna para ti!



Y, a continuación, un poema que trata de una manera totalmente explícita el tema del tiempo, éste es de Benedetti y a mí me transmite mucho:


Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobre o ya no saben
qué hacer con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo pueda abrir
y cerrar
como una puerta

tiempo para mirar un árbol un farol
para andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy no es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
Y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo
tiempo para esconderme en el canto de un gallo
y para reaparecer en un relincho
y para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj

vale decir preciso
o sea neesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo

Os deseo un feliz vuelo a tod@s hacia el 2010 y que disfrutéis del mayor tiempo posible junto a personas especiales.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Sobre Henri Dutilleux



Hoy dedicaré este espacio a hablar de la vida de un compositor que hace poco he descubierto (pues todavía no había tenido la oportunidad de escuchar ninguna obra suya) y cuyo nombre es Henri Dutilleux. Se trata de un compositor francés de la segunda mitad del siglo XX, nacido en el año 1916 en el seno de una familia repleta de artistas (su bisabuelo paterno fue pintor y su abuelo materno compositor y organista; toda la familia amaba la música: su padre, impresor y librero, tocaba en sus ratos libres el violín como aficionado; su madre era pianista; su hermana mayor, Hélène, estudiaba y tocaba bastante bien el violín; su otra hermana, Paulette, fue una dotada pianista; su hermano Paul, tocaba el cello y Henri, el menor, tocaba el piano). Toda la familia tocaba obras de FrancK, Lekeu, Fauré y Pierné, así como también de Debussy. Precisamente de este último compositor fue admirador Dutilleux, concretamente de la obra Pelléas et Mélisande, partitura que consiguieron sus padres en una versión para piano y voz. El impresionismo supuso para Henri Dutilleux un gran descubrimiento. También conoció el periodo cubista, sin embargo, no llegó a impactarle tanto como el impresionismo (a excepción de Kandinsky, que sí que le llegaría a maravillar al mismo nivel que los impresionistas).
A los 16 años ingresó en el Conservatorio de París y posteriormente obtuvo diversos premios de armonía y de composición.
En el año 1939 se trasladó a Roma y conoció a algunos compositores italianos, como es el caso de Dallapiccola. Allí estuvo sólo 4 meses, pues volvió a París cuando Francia estaba a punto de entrar en guerra. Fue camillero en el ejército y más tarde tuvo que ganarse la vida dando clases y escribiendo algunas obras. Fueron años dificiles y, puesto que no podía salir del país, se dedicaba a ampliar sus conocimientos de forma autodidacta. Dutilleux siempre había querido que su música mantuviese cierto espíritu francés.
Después de la guerra fue director del Servicio de producción musical de la Office de Radiodiffusion Télévision Française.
En 1946 se casó con la pianista Geneviève, a quien, tras su matrimonio, dedicó todas sus obras de piano.
La Sonata para piano es la que Dutilleux considera su primera obra digna de todas las que había compuesto hasta el momento, y repudiaba todas sus composiciones anteriores, incluso su Sonatina para flauta, una de las piezas más interpretadas y apreciadas por los solistas de flauta que incluyo a continuación (y que yo admiro).



La Sonatina para flauta, una de las piezas más interpretadas y apreciadas por los solistas de flauta:
"No me siento completamente satisfecho que sea tocada tan a menudo" («ne se sent jamais complètement heureux qu'elle soit si souvent jouée»). H. Dutilleux.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Sobre fotografía (I)

Después de pasearme en repetidas ocasiones por uno de los espacios web de un apreciado amigo, Juan Serrano, donde puedo disfrutar de las fotografías que a lo largo de las semanas él va colgando en la página, no pude más que preguntarle si podía incluir algunas de las imágenes de su propia creación en mi blog. Así que, tras su permiso, aquí incluyo una de las imágenes que más me han fascinado (a lo largo de estas semanas iré incluyendo alguna fotografía más):
Esta fotografía me dijo mucho desde el primer momento en que la vi. A mí me transmite realismo y cotidianeidad. Valoro el contraste de la barandilla “multiforme” en contraposición con el cuerpo delgado y poco voluptuoso de la chica. Además, esta fotografía me recuerda al artista holandés M. C. Escher, que creó una serie de dibujos imposibles, cuyo visionado no tiene desperdicio. En un primer momento la imagen me sugiere un imposible porque intuyo que el personaje va a subir caminando por la barandilla, aunque tal vez la chica sólo esté esperando con el pie apoyado. De todos modos, no intento encontrarle una explicación, simplemente disfruto viéndola y deseo que vosotros/as también.

sábado, 12 de diciembre de 2009

En breves instantes...

Conectando con un comentario reciente de Noe, voy a dedicar este post a anunciar el reciente concierto (esta misma noche) del coro “Grup polifònic Ars Nova de Xàbia” del que yo formo parte, así como también Noe y Majaranda, actuales seguidoras de este blog, a quienes agradezco mucho sus comentarios.
Os dejo con una foto bastante reciente del grupo y con el anuncio que he encontrado por internet.


Sábado, 12 de Diciembre.
21.30h.: Canto a Santa Llúcia. “Els Festers” de Santa Llúcia convocan a todo el pueblo de Xàbia y a las localidades vecinas al Canto, que el Grup Polifònic “Ars Nova” y la rondalla del “Grup de Danses Portitxol de Xàbia” ofrecerán en la Capella del Convent de les Agustines, canciones y folklore de Navidad.

A disfrutar!

martes, 8 de diciembre de 2009

Gaudeamus Ensemble

El pasado Viernes 5 de Diciembre estuve con majaranda (quien a veces ha escrito algún comentario en este blog) en un concierto en el Palau de Altea, escuchando al quinteto de cuerda Gaudeamus Ensemble (de Milán), que interpretaba obras de Mendelssohn y Brahms.
A lo largo del concierto nos llamaron la atención una serie de cosas, que puedo resumir en tres. La primera, nada más entrar, era la media de edad que acudía al concierto, que bien podía estar por encima de los sesenta años (esto tampoco es de extrañar, pues esta es la media de edad en el 80% de los conciertos del Palau de la música de Valencia). La segunda, la gran compenetración que había entre los intérpretes y la sincronización de los arcos, ya que se notaba que tenían bien decidido y estudiado cuándo tocaba interpretar un sonido arco arriba y cuándo debía ser arco abajo, lo que daba también una buena sensación a la vista. La tercera cosa que nos llamó la atención fue la gran flexibilidada de dos de los intérpretes para cambiar de instrumento (del violín a la viola), ya que dominaban ambos instrumentos por igual, lo cual no deja de ser admirable, y pudimos percartarnos de que cambiaron de instrumento entre la primera y la segunda parte.



En cuanto a lo que estaba comentando sobre el hecho de que resulta estético a la vista la sincronización de los intérpretes y la utilización de los mismos arcos, sobre todo en pasajes en que se toca al unísono o de cara a un final de obra o movimiento, también debo añadir que hubo un hecho que no resultaba tan estético a la vista, y era la diferencia de movimientos corporales entre unos intérpretes y otros. Siempre se nos ha dicho a los que en alguna ocasión somos intérpretes que hay que expresar con el cuerpo al mismo tiempo que tocamos una obra y que no debemos permanecer estáticos. Bien, pues, en este quinteto había una gran variedad de actitudes con respecto al modo de tocar, en concreto había uno de los intérpretes que, a mi parecer, realizaba movimientos excesivamente exagerados, hasta el punto de llegar a imaginarnos que iba a golpear con el arco al compañero de al lado y otro tipo de cosas, que hacían que inevitablemente la atención se centrara casi todo el tiempo en este componente del quinteto (además que antes de comenzar la segunda parte dicho intérprete tuviera que volver a entrar a coger las partituras, pues había salido al escenario sin ellas). En definitiva, creo que todo está bien en su justa medida, ni debemos permanecer estáticos ni tampoco resultar exagerados, aunque con esto estoy tirándome piedras a mi propio tejado, porque todos tenemos nuestros propios “tics” cuando cantamos o tocamos un instrumento, y yo tampoco soy la más sonriente cuando canto en el coro ni la que más se esfuerza por bailar al ritmo de la música mientras cantamos (pues esto todavía no me sale de forma espontánea), y es que es más fácil hablar que actuar.