Humildad, amor y una modesta cortacésped son los tres ingredientes esenciales de los cuales se sirve David Lynch para embaucarnos con Una historia verdadera, que no es más que eso: la historia real de un hombre que vivó entre 1920 y 1996 y que, a la edad de 73 años, decide emprender un viaje de 400 kilómetros para reconciliarse con su hermano, con el que no se habla desde hace 10 años. Lo que más llama la atención del viaje: el medio de transporte que utiliza el protagonista para desplazarse hasta Wisconsin: una pequeña segadora.
Una historia sencilla y tierna (en definitiva, verdadera) que es todo un canto a la bondad, un viaje a lo más profundo de nuestro corazón y un regalo para nuestros sentidos, sobre todo por la fotografía y su banda sonora así de especial:
¡UNA PERFECTA NARRACIÓN POÉTICA CON IMÁGENES!
Una historia sencilla y tierna (en definitiva, verdadera) que es todo un canto a la bondad, un viaje a lo más profundo de nuestro corazón y un regalo para nuestros sentidos, sobre todo por la fotografía y su banda sonora así de especial:
¡UNA PERFECTA NARRACIÓN POÉTICA CON IMÁGENES!