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miércoles, 17 de octubre de 2012

¡Y PUNTO!

El curso pasado, buscando material para un programa de radio que emito con mis alumnos en el colegio donde trabajo, encontré un fragmento de una película que utilicé para transmitir un poco de positivismo y felicidad a nuestros oyentes. Esa película se llama En busca de la felicidad y la vi hace unos días porque sólo conocía ese pequeño fragmento que os dejo en este post. Su director es Gabriele Muccino y, si bien el film está rodado con las características propias del cine comercial de Hollywood, también es cierto que hay un instante de la película que nos invita a creer en nuestros sueños y a no permitir que nadie derrumbe nuestras ilusiones.
La verdad es que el mensaje de este trocito, desde mi punto de vista, es intenso y nos sirve para el momento presente, para luchar por lo que queremos y evitar que se rompan nuestros sueños.


La película, de 2006, consiguió dos nominaciones al Globo de Oro (mejor actor  y canción original) y Will Smith también fue nominado al Oscar como mejor actor.

lunes, 1 de octubre de 2012

Un cuento zen: El silencio

Algunas noches, antes de dormir, leo un cuento zen de un pequeño librito (que me ha regalado una buena amiga) llamado Los más bellos cuentos zen seguido de El arte de los haikus, de Henri Brunel. Y quiero compartir uno muy breve pero entrañable aquí en mi blog con tod@s vosotr@s. Tal vez más adelante, en otro post, os deje también algún haiku especial que me llegue al corazón :-)
Ahí va el cuento:


                                                   (imagen extraída de GOOGLE)


EL SILENCIO

Silencio es un término polisémico, palabra de muchas máscaras concéntricas como la piel de cebolla. Una palabra que pelamos encantados. Ausencia de ruido, ayuno de la palabra, renunciación, aparece como canto secreto del lenguaje llegado a su fin, música de mil armonías según sean los contenidos de la imaginación, los sentimientos, la intuición. El silencio penetra hasta más allá de donde alcanza el concepto, el intelecto, y nos conduce al corazón de las cosas, nos hace tocar, por poco que nos prestemos a ello, el corazón de Dios. Buddha recibe a veces el nombre de "maestro del silencio". Entre los budistas, especialmente en la rama zen, el silencio está considerado un medio privilegiado de alcanzar la verdad, la fuente oculta.
                                                                  *   *   *    
Japón, primera mitad del siglo XIV, durante el shogunato de los Ashikagaka. Un templo perdido en la montaña. Cuatro monjes zen han decidido hacer un sesshin (una especie de retiro) en silencio absoluto. El frío es intenso.
"¡Se ha apagado la vela!" -dice el monje más joven.
-¡No tienes que hablar! Estamos haciendo un sesshin de silencio total -observa severamente un monje de más edad.
-¡Por qué habláis en vez de callar como habíamos convenido! -señala con humor el tercer monje.
-¡Soy el único que no ha hablado! -dice con satisfacción el cuarto monje.

Esta anécdota hace sonreír; pero ilumina con precisión el espíritu del Zen. Lanzan pullas a los monjes, tratan con humor el silencio, pese a que saben que es un elemento esencial de la vía. Y es que el silencio es tan sólo el silencio, o sea un medio. "Si encuentras a Buddha, mata a Buddha", dice una máxima célebre.  

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Nada tiene que obstaculizar la experiencia personal.